La obesidad infantil se convirtió en uno de los principales problemas de salud en El Salvador, superando a la desnutrición que históricamente había afectado a gran parte de la población.
“La obesidad infantil ahora se volvió en el problema nutricional más grande que tiene la población salvadoreña. En años anteriores había sido la desnutrición y esto cambió drásticamente al cuadro nutricional hacia el sobrepeso y la obesidad. Esto desencadena a otro tipo de enfermedad, como una diabetes infantil”, declaró la nutricionista, Sofía Escobar.
Aunque algunos factores, como los genéticos y hormonales no pueden modificarse, los especialistas coinciden en que los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física son los principales detonantes de esta enfermedad.
“Estos chiquitos comen de manera inadecuada, generalmente comen ultraprocesados, muchas frituras que tienen poca calidad nutricional”, subrayó la pediatra y máster en nutrición infantil, Roxana Tobar.
La especialista advirtió que una alimentación deficiente en la niñez incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas en el futuro. “La diabetes o azúcar en la sangre, presión alta, colesterol y triglicéridos altos. Estas enfermedades cardiovasculares al final también pueden dar problemas de derrame cerebral o infartos”, explicó Tobar.
¿Cómo prevenir la obesidad infantil?
En cuanto a la prevención, la nutricionista indicó que la clave está en promover una dieta balanceada.
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“Una dieta equilibrada donde su fuente principal sean las proteínas: pollo, carne, pescados, huevos, lácteos, carbohidratos de alto valor biológico, que sean buenos como la papa, el elote, camote, la yuca. También grasas saludables como el aguacate, el aceite de oliva. Un equilibrio entre estos tres macronutrientes, la actividad física y una buena hidratación”, señaló la nutricionista.
Los especialistas advierten que es necesario que los padres de familia presten atención a los síntomas que podrían indicar obesidad infantil:
- Dolores de cabeza que permanecen por mucho tiempo.
- presión arterial alta.
- sed extrema.
- exhalación que empieza y termina muchas veces mientras duerme.
- crecimiento deficiente en comparación con otros niños del mismo sexo y edad.
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