El distrito de Panchimalco en San Salvador Sur, se distingue por sus raíces indígenas y su rico legado ancestral, lleno de historias misteriosas que parecen habitar cada rincón del pueblo. Entre las más conocidas se encuentra la leyenda de la flor del árbol de amate.
Este frondoso árbol se alza cerca del río Muerto y actúa como guardián del lugar, según la tradición. Al llegar al sitio, uno de los guías realizó un ritual indígena en señal de respeto y saludo a los árboles y a los espíritus de los ancestros que habitan en ellos.
«Como estamos en un lugar encantado, este es un lugar sagrado para nuestra tradición nahua-pipil. Toda esta zona de acá está plagada de guardianes, entonces traemos nuestra ofrenda que es incienso», expresó Amílcar Ramírez, investigador de pueblos indígenas.
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La flor de amate: un poder legendario que cumple deseos
Hombres y mujeres acuden hasta las raíces de este imponente ejemplar para solicitar favores al espíritu que lo habita. Óscar Benítez relató que un joven se acercó al amate en busca de su enigmática flor, esperando atraer la buena suerte en el amor.
«Vino él y se arrodilló en el tronco del árbol y pidió, en ese momento, él sintió como un calor. Cuando él está ahí pidió todo y cuando volteó a ver hacia arriba el árbol vio que tenía un montón de flores, se veía bien adornado el árbol… la flor le da como el encanto o una hierba que se lo lleva y hay que mantenerlo envuelto en un pañuelo y andarlo llevando donde él vaya para que le conceda a cualquier jovencita», dijo Benítez.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Elizabeth Alas.
Según la tradición popular, la misteriosa flor está protegida por un guardián. Quien solicita un deseo debe enfrentarlo: si gana, obtendrá tesoros y riquezas; si pierde, arriesga su alma.
Para los pueblos indígenas, sin embargo, estos lugares y sus relatos tienen un significado mucho más profundo y espiritual.
«Nosotros como guardianes de la naturaleza, los pueblos originarios estamos en la obligación moral de mantener esto. Nosotros develando la verdadera realidad que son árboles sagrados para la tradición indígena, somos capaces de transmitir este legado hacia las nuevas generaciones y así pues ellos ven, lejos de que les dé miedo, lo ven como un árbol sagrado con muchas propiedades y que nos rememora a la antigua historia de nuestros abuelos indígenas», señaló Ramírez.
Aunque parezca increíble, la leyenda de la flor de amate y su capacidad de otorgar deseos perdura en Panchimalco, fascinando y desafiando a quienes se atreven a acercarse.
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