¿Alguna vez se ha despertado en la madrugada con un dolor punzante en las piernas? Esa sensación repentina que lo obliga a moverse o frotarse con fuerza podrían ser calambres nocturnos, una molestia común que muchos suelen ignorar.
Aunque suelen durar poco, estos espasmos musculares pueden arruinar el descanso. Por lo general, aparecen en las pantorrillas, los pies o los muslos y pueden repetirse con frecuencia si no se tratan de forma adecuada.
El médico general José Luis Guevara señala que estas tensiones musculares suelen presentarse mientras el cuerpo está en reposo y pueden estar vinculadas con:
- Deficiencias de minerales como magnesio o potasio.
- Deshidratación.
- Fatiga muscular.
- Problemas de circulación.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Damaris Gómez.
También es frecuente que ocurran después de pasar muchas horas sentado o con poca actividad física durante el día.
El médico alerta que, si estas molestias ocurren con frecuencia o van acompañadas de síntomas como hinchazón, ardor o dolor persistente, es crucial acudir a un especialista, ya que podrían ser señales de problemas circulatorios o neurológicos que requieren atención.
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Ejercicios que ayudan a prevenir los calambres nocturnos
El fisioterapeuta Sergio Torres sugiere hacer dos sesiones de ejercicios al día: una mientras se está sentado, antes de dormir, y otra ya acostado en la cama. Estas rutinas, aptas para personas de cualquier edad, favorecen la circulación, mejoran la oxigenación muscular y ayudan a prevenir los calambres nocturnos.
Rutina para hacer sentado antes de dormir:
- Eleve la punta del pie hacia arriba, 10 veces. Mantenga unos segundos arriba para estirar los gemelos.
- Con ambos pies juntos y pegados, muévalos hacia arriba y hacia abajo. Este ejercicio activa gemelos, cuádriceps y tibial anterior (parte delantera de la pierna).
Rutina para hacer acostado en la cama:
- Eleve una pierna a la vez de forma lenta, 10 repeticiones por pierna. Esto ayuda a oxigenar tanto la parte superior como inferior de las piernas.
- Flexione primero una rodilla y luego la otra, 10 veces cada una, manteniendo un ritmo suave y constante.
Dormir bien también depende del estado de nuestros músculos. En ese sentido, dedicar unos minutos al estiramiento y activación antes de acostarse puede marcar la diferencia entre una noche tranquila y una madrugada interrumpida por calambres nocturnos.









