En las calles y mercados de Santa Ana, un personaje singular capta la atención de los lugareños. Su nombre es Mario López, pero todos en la ciudad lo conocen como el “Popeye salvadoreño”, por su sorprendente parecido físico, su forma de bailar y actuar como el famoso personaje animado.
Pero también muestra su verdadera fuerza y lo curioso es que es un hombre que desafía el paso del tiempo y los límites del cuerpo humano. A sus más de 60 años, sigue levantando pesas como si tuviera 20.
“Empecé a los 22 años, yo pasaba por un gimnasio y me gustaba ver las fotos que sacaban y dije que algún día voy a entrar aquí. Se llegó el momento y ahora tengo 67 años y todavía me gusta el ejercicio”, expresó Mario.
Video/ TCS/ Reportaje por Alex Rivas.
“El Popeye salvadoreño” se convirtió en una figura popular por sus enormes brazos musculosos, su pipa inseparable y su carismática personalidad. Sus conocidos lo nombraron así por su increíble fuerza, pero también porque dicen ellos que es como ver a la caricatura en la vida real.
“A don Mario tengo aproximadamente como 30 años de conocerlo. Fue un gran ejemplo tanto como para muchos atletas como para mí. La verdad que 67 años y que alguien a esa edad se mantenga con ese físico es increíble. Además, es igualito a Popeye en su forma de actuar y las fuerzas que tiene. Yo creo que solo en la casa se come las espinacas, o las trae aquí al gimnasio, porque unas grandes fuerzas que tiene a pesar la edad”, expresó Luis Echeverría, un amigo.
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Entre risas, fuerza y mucho estilo, Mario demuestra a todos que la edad no es excusa para continuar haciendo ejercicio.
“Soy Mario López en mi vida real y para entrenar no hay límites. Si usted quiere estar grande, bonito y en forma, siga los pasos que yo tengo. Si usted quiere una rutina, búsqueme, con la experiencia que tengo yo se la regalo, porque no soy orgulloso, porque soy popeyeeee”, manifestó.
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