El legado digital, concepto definido por el experto en ciberseguridad Rodolfo Salazar, abarca “todo lo que dejamos en nuestra extensión virtual: perfiles, correos, archivos, contraseñas… Es una extensión de nuestra vida análoga.” Salazar enfatiza que, al dejar cuentas inactivas, los datos siguen expuestos y vulnerables.
Además, con el uso de las plataformas digitales, las personas generan múltiples cuentas que con el paso del tiempo quedan inactivas y abandonadas. Estos perfiles “olvidados” en la red representan un riesgo para la seguridad de datos personales y la identidad de los usuarios.
Entre los principales riesgos de esto se encuentran la suplantación de identidad y el uso malicioso de información. Las cuentas abandonadas pueden ser manipuladas por hackers para cometer fraudes, enviar spam o convertirse en ataques más amplios. Además, el experto Víctor Cuchillac señaló que “reutilizar la misma contraseña en diversas plataformas incrementa exponencialmente el riesgo: si una se filtra, quedan comprometidas todas las demás.”
Otro aspecto es el destino de las cuentas de personas fallecidas. Salazar indicó que tras la muerte, los “restos virtuales” persisten en la red. “Algunos usuarios crean bóvedas digitales donde almacenan sus accesos”. De este modo, cuando fallecen, esa información se transfiere automáticamente a un familiar o persona de confianza, evitando que perfiles queden sin custodia.
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¿Cómo gestionar adecuadamente el legado digital?
Para gestionar adecuadamente el legado digital y minimizar riesgos, los especialistas recomiendan:
- Eliminar perfiles inactivos: Cerrar cuentas que ya no se usan reduce la posibilidad de suplantación.
- Borrar datos sensibles antes de eliminar: Fotografías, correos o mensajes personales deben eliminarse manualmente para no dejar rastros.
- Configurar preguntas de seguridad confiables: Solo personas cercanas deben conocer las respuestas.
- Inventariar todas las cuentas propias. Tener un listado actualizado facilita el control y la eventual transferencia de accesos.
- Utilizar herramientas de legado digital: Plataformas como Google o Facebook permiten designar contactos legados que recibirán ciertos datos tras el fallecimiento.
- Guardar contraseñas en gestores seguros: Evita la reutilización y mantiene credenciales resguardadas de forma encriptada.
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