Después de cuatro años de funcionamiento, el Santuario Ostok cerró sus puertas en las afueras de Culiacán, Sinaloa, ante el incremento de la violencia provocada por la disputa entre cárteles del narcotráfico. El refugio cuidó a más de 700 animales exóticos como tigres, leones, elefantes, jaguares y primates; que llegaron tras sufrir maltrato, abandono o tráfico ilegal.
No obstante, la disputa violenta que estalló en septiembre de 2024 entre las facciones de «Los Chapitos» y «Los Mayos», ambas del Cártel de Sinaloa, se intensificó hasta convertirse en una amenaza directa no solo para los habitantes de Culiacán, sino también para los animales y el personal que cuida de ellos.
Los constantes ataques armados en zonas cercanas, las amenazas directas de presuntos miembros del crimen organizado y el corte en el suministro de alimentos, medicamentos y combustible acabaron por desestabilizar por completo las operaciones del santuario.
El personal, tanto veterinarios, cocineros, conductores y voluntarios, comenzaron a sentirse desprotegidos sin poder trasladarse con seguridad entre el refugio y la ciudad. Ante este escenario, el equipo tomó la única decisión viable: cerrar el santuario y trasladar a todos los animales exóticos a un lugar que ofreciera mejores condiciones para su protección y bienestar.
«Este traslado no es una huida, es un acto de resistencia, amor y dignidad. Es una manera de decir que no aceptamos que la violencia también alcance a los animales que hemos rescatado con tanto esfuerzo. Es una especie de Arca de Noé del siglo XXI que no huye de un diluvio, sino de la violencia humana que ha convertido a Culiacán en un lugar inhabitable para todos», dijo entre llanto Ernesto Zazueta, presidente del refugio en la conferencia de prensa.
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¿Hasta dónde trasladaron a los animales del Santuario Ostok?
Ernesto Zazueta, presidente del Santuario Ostok y de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), anunció oficialmente el comienzo del traslado de los primeros cien animales hacia el Bioparque El Encanto, que se localiza en la sindicatura de El Habal, Mazatlán.
Ivan MEDINA / AFPTV / AFP
Desde temprano, un equipo de veterinarios y cuidadores comenzaron a movilizar las jaulas metálicas que transportaban tigres de bengala, leones africanos, elefantes asiáticos, monos araña y jaguares.
Zazueta señaló que comenzaron con el traslado de los animales de mayor tamaño y de aquellos que mostraban altos niveles de estrés, debido a los desafíos logísticos y al peligro que implica moverlos en estas condiciones. Indicó que esta operación, que durará alrededor de mes y medio, representa el mayor traslado de fauna silvestre registrado en México en medio de un entorno marcado por la violencia armada y el narcotráfico.









