A sus 58 años, la actriz mexicana Salma Hayek fue parte de la portada de una reconocida revista deportiva estadounidense, luciendo trajes de baño que revelan su esbelta figura.
Lejos de lo que pudiera parecer una sesión glamorosa sin contratiempos, Hayek confesó en una entrevista que estuvo a punto de cancelarlo todo. “Dije que sí y luego, cuando era la hora de hacerlo, traté de echarme para atrás”.
Ella asegura que detrás de su imagen poderosa, se escondía el peso del síndrome del impostor y la angustia de no encontrar un traje de baño que se ajustara a su cuerpo. “No hay nada de mi talla, siempre sufro». Además, afirmó que tuvo que probarse más de cien opciones antes de decidirse por los bikinis que finalmente usó.
A pesar de haber preparado cuidadosamente su maleta para el viaje a México, donde realizaría la sesión de fotos con los trajes seleccionados y sus inseparables cremas de belleza, esta desapareció en el trayecto. Ante la inesperada situación, tuvo que improvisar y buscar nuevas prendas una vez llegada a México.
Con música de Bad Bunny de fondo y rodeada del paisaje de su país natal, la actriz dejó atrás las dudas e inicio la sesión de fotos. “Empecé a bailar, me encantó. Esta es mi tierra, tengo 58, estoy haciendo esto. Mi generación, sobre todo las mujeres mexicanas, pensamos que íbamos a ser descartadas a los 35. Y me emocioné tanto, me sentí libre”, confesó.
Para Hayek, ver su rostro en esa portada es un hecho surreal. También recordó cómo, en su juventud, hojeaba esa misma revista para ver a las modelos del momento sin imaginar que algún día ella estaría ahí. “Todavía no lo puedo creer. Si alguien me hubiera dicho que saldría a los 58, lo habría mandado al manicomio. Pero el mundo ha cambiado y eso es emocionante”, destacó la celebridad mexicana.
